Entrevista a Álvaro Gutiérrez Maestro, autor de El hogar infinito
EL HOGAR INFINITO, ÁLVARO GUTIÉRREZ MAESTRO. 451 EDITORES, 2012
El pasado jueves 22 de noviembre, 451 editores y Librería Muga
organizaron la presentación del primer libro de Álvaro Gutiérrez
Maestro, El hogar infinito, una novela que gira alrededor de las
personas que viven en la calle, sin techo. Junto al editor de 451,
presentó la novela el conocido escritor Antonio Orejudo.
Finalizada la conversación, después de habernos quedado sin ejemplares del libro, le hicimos algunas preguntas al autor. Aquí tenéis las respuestas.
Finalizada la conversación, después de habernos quedado sin ejemplares del libro, le hicimos algunas preguntas al autor. Aquí tenéis las respuestas.
- El hogar infinito es tu primera novela, así que vamos a empezar con
la pregunta de rigor: ¿cómo has llegado a escribir esta novela? ¿Te has
planteado el camino de la escritura por los canales de aprendizaje
"profesionales": talleres de escritura, cursos en busca de tu propia
voz narrativa, microrrelatos, relatos, etcétera... hasta llegar al escalón de
la novela? ¿O acaso la historia que cuentas te eligió y has estado trabajando
en intentar contarla de la mejor manera posible?
- Mi relación con la escritura viene de siempre, ya con
doce o trece años se me iban las horas de estudio ideando historias y llenando
cuadernos con ellas. Sin embargo, ha sido algo que he llevado siempre muy de
puertas adentro. Mi aprendizaje ha obedecido principalmente a un proceso
interno, un proceso que ha consistido en ir puliendo poco a poco mi forma de
escribir hasta hallar esa voz narrativa. Además, creo que en mi caso tiene
también una gran influencia la relación con el entorno, la asimilación de
experiencias, de lenguajes o estilos, tanto en lo que leo como en lo que vivo.
De hecho, creo que todo este proceso ha influido decisivamente en que El hogar
infinito sea una novela bastante atípica y que se aleje de muchos de los
cánones habituales.
- Los protagonistas de El hogar infinito son distintos personajes que viven en la calle, sin un techo. ¿Has tenido contacto directo con la gente que vive en la calle? ¿Cuánto en esta novela forma parte de la realidad que conoces y cuanto es imaginación literaria?
- Tanto en el tono como en la temática confluyen varios
factores. Por un lado, el haber tenido la oportunidad de interaccionar con
personas sin hogar y de haber conocido su realidad. Creo que sin ese bagaje no
hubiese sido capaz de escribir El hogar infinito, no tanto porque la novela
quiera ser un mero retrato de la vida en la calle, sino por lo que de
inspiración ha tenido en todo el proceso de creación. Por otro lado, el contar
con una trayectoria personal y profesional dentro del campo de la acción
social, me ha permitido aportar una visión que transciende el ámbito específico
de las personas sin hogar. No obstante, pese a que estas vivencias personales
han influido decisivamente en su concepción y desarrollo, se puede decir que
El hogar infinito es en su mayoría una obra de ficción. Incluso ciertos
pasajes presentan un predominio de lo fantástico, alejándose del realismo
propio de la temática de la novela.
- Como dijo Antonio Orejudo en la presentación de la novela en Muga, una de las grandes virtudes de la novela es que no intenta idealizar la vida en la calle ni tampoco romperte el corazón con su crudeza, simplemente el lector tiene la sensación de que le cuentas las cosas tal y como son. ¿Fue esa tu intención al escribir El hogar infinito?
- Efectivamente, desde el primer momento la novela
surgió con el propósito de poner voz a las personas sin hogar, de describir la
crudeza de la vida en la calle pero sin llegar a regodearse en ella. Y para eso
era necesario ofrecer un cierto contrapunto, desarrollar situaciones que, a
pesar de la extrema dureza del entorno, reflejasen esa humanidad que llevamos
todos dentro, incluso en los contextos más adversos. En eso creo que Antonio
Orejudo acertó plenamente. A pesar de la temática, que podría marcar una cierta
tendencia hacia las situaciones crueles y extremas, la novela trata en todo
momento de ofrecer ese contrapunto humano, de oscilar entre ambos polos; entre
lo bonito y lo feo, como dijo Orejudo.
- Otra de las cosas destacables de la novela es que hasta la última palabra hay una trama que no se desvela en su conjunto y, sin embargo, ¿intentas voluntariamente evitar que El hogar infinito dependa demasiado de esa intriga? Tengo la sensación de que tú sabías dónde querías llegar con esta novela, pero que dirigiéndote a ese final, te fuiste dando cuenta de que los personajes tenían más historias que contarnos. ¿Es así?
- En cierto modo sí. Desde un primer momento yo tenía en
la cabeza cuál iba a ser el desenlace de la novela; y he de decir que también
tenía bastante claro el camino a seguir para alcanzar ese desenlace, muchas de
esas historias ya las tenía perfiladas desde el inicio. No obstante, es cierto
que el proceso de escritura ha sido algo muy vivo y que a lo largo de ese
proceso he ido incorporando bastantes cosas; no tanto nuevas historias como
matices y “vueltas de tuerca” a las ya existentes.
- Es inevitable preguntarte si crees que, en la
coyuntura actual del auge de los desahucios que mandan con total impunidad a la
gente a la calle, tu novela tiene algo que decir, si crees que puede
sensibilizar a la gente sobre las consecuencias de ese acto en la vida de las
personas.
- Creo que la publicación de la novela ha coincidido con
un momento en el que su temática no puede estar más de actualidad. Incluso
bastante más que cuándo la escribí. Todos escuchamos cada día las medias del
número de desahucios que se producen en España, todos sabemos que en esta época
del año los albergues se ven saturados, todos vemos imágenes en televisión de
gente que es expulsada de sus casas, gente a la que esta situación le genera
trastornos mentales, incluso suicidios… Y aunque todo esto tendría que bastar
para que todos estuviésemos suficientemente sensibilizados, aunque no debería
de ser necesaria ninguna novela que viniera a recordarlo, lo cierto es que
todavía queda mucho camino por recorrer, todavía es muy necesario que se siga
hablando de ello, cuanto más mejor. Y ahí sí creo que El hogar infinito tiene
algo que decir, sobre todo teniendo en cuenta que no nos encontramos ante una
temática que tenga demasiada presencia en la literatura actual.
- Por último, ¿cuál es tu vínculo con Vallecas? ¿Qué es lo que hace que tu primera novela expresamente la quieras presentar en una librería de Vallecas?
- Mi vinculación con Vallecas me viene prácticamente de
toda la vida, es un barrio con una identidad muy particular con la que siempre
me he visto identificado. Aquí siempre he tenido grandes amigos y he pasado muy
buenos momentos. Por otra parte, desde hace algo más de 5 años trabajo en el
desarrollo de programas de inserción sociolaboral en la Fundación Secretariado
Gitano, una ONG que lucha por la integración de la comunidad gitana y cuya sede
central está cerca de la estación de cercanías del Pozo. En este tiempo mi día
a día se ha visto muy marcado por la vida del barrio, no solo en lo que se
refiere a mi actividad laboral sino también en algo tan cotidiano como salir a
tomar un café o dar una vuelta después del trabajo. Creo que la elección de
Muga como lugar para presentar la novela obedece a esa afinidad. Es una
librería que conozco hace tiempo, donde siempre me han dispensado un trato muy
cercano. Además, creo que es muy necesario el promover este tipo de espacios
dentro de los barrios, lugares de referencia con importante calado social y
cultural donde todavía se preserva esa esencia del librero de toda la vida.
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