Encuentro con la jueza Manuela Carmena

LECTURAS AL PASO
Remedios naturales para combatir el miedo
Sábado 10 de Mayo, 19 horas: Encuentro con Manuela Carmena    

   Hay algo en la portada que la editorial Clave Intelectual ha elegido para presentar Por qué las cosas pueden ser diferentes que sorprende inicialmente. Digamos que no es una portada al uso. Aunque sea un libro que gira alrededor de las reflexiones de la jueza Manuela Carmena, no es habitual encontrarse con portadas en las que el autor aparezca de cuerpo entero, posando. Aparecen posando muchas veces, sí, pero se suele usar una fotografía en primer plano o con plano medio. Es raro encontrar una composición como esta: una mujer que se presenta usando una vestimenta tradicionalmente masculina (pantalón y chaqueta), pero con un corte, unos colores y unos tacones que transmiten sencillez y elegancia; una perspectiva de abajo hacia arriba que manifiesta respeto y admiración, pero acompañada de una postura de la cabeza y una expresión facial que inspira simpatía y cercanía; unas gafas blancas muy modernas y una preciosa bicicleta que, en contraposición a la imagen tradicional de un juez, sugieren un personaje transgresor y seguro de sí mismo. Nunca he sido muy bueno describiendo rasgos físicos de las personas, pero les aseguro que esta descripción al menos se ajusta a lo que encontrarán en el interior del libro Por qué las cosas pueden ser diferentes. Reflexiones de una jueza. 
   Encontrarán a la jueza Manuela Carmena, su historia, sus ideas, sus afectos... Pero cuando acaben el libro, reconocerán que lo más interesante que contiene son lo que podríamos llamar sus "remedios naturales para combatir el miedo".




    En mi opinión, la escritura de Manuela Carmena en este libro tiene dos virtudes formales. Por un lado, no pretende ser sistemática. Muchos libros con extraordinarias ideas y experiencias que transmitir se vuelven farragosos por el intento del autor de ser ordenado y sistemático. No quiero decir que el orden y la sistematización sean malos de por sí, pero no siempre es una opción acertada sacrificar la fluidez del discurso buscando una estructura sólida. Las reflexiones que comunica la autora llegan de manera muy directa al lector, aunque vayamos de un lado para otro sin una dirección evidente. 
   La otra virtud reside en que Por qué las cosas pueden ser diferentes no pretende ser un libro teórico. Acuciados por una realidad amenazante, han proliferado en los últimos años un montón de ensayos que ofrecen análisis, críticas y soluciones más o menos interesantes. Entre tanta producción, no es tan común encontrar libros en los que se habla desde un conocimiento basado en la experiencia propia y la reflexión. Es demasiado habitual encontrarse con imponentes armazones teóricos construidos sobre ideas preconcebidas que sirven para someter la realidad a la que se enfrenta, pero no para explicarla ni mucho menos para transformarla. Manuela Carmena, por el contrario, sostiene siempre sus reflexiones sobre algún tipo de relato vivido o compartido, lo cual proporciona a sus propuestas un toque innegable de credibilidad.
   Sin embargo, las virtudes formales no son las más señalables del libro de la jueza Carmena. Sus reflexiones atesoran gran valor en múltiples sentidos y cada lector hará una lista propia, con una jerarquía diferente, sobre las ideas y propuestas más interesantes. En mi caso, extraigo unas ideas fundamentales de la lectura de Por qué las cosas pueden ser diferentes. Son, usando la terminología de los libros de salud y autoayuda, los "remedios naturales para combatir el miedo". Sin duda, hay algo en el carácter mismo de esta mujer que invita a enfrentarse a las circunstancias de la vida con franqueza y energía. Su modo directo y natural de afrontar los problemas, de resolver los conflictos o de asumir las contradicciones habla con claridad de su carácter y, dicho sea de paso, probablemente también del carácter de varias generaciones de mujeres que han abierto infinidad de caminos para todos en nuestra sociedad. 
   Hay algo más profundo, más íntimo en estas propuestas, algo que tiene que ver con la negativa de Manuela Carmena a vivir con miedo. Se niega a vivir con miedo cuando coloca en primer lugar a las personas frente a las instituciones (simbólicas y reales), cuando relata experiencias individuales y colectivas en las que el compromiso, la honestidad y el esfuerzo transforman realidades que se consideraban inamovibles y necesarias, cuando manifiesta su confianza en la capacidad de las personas para progresar y resolver los problemas mediante la educación, la cultura y la tecnología.
   Pero el remedio más valioso contra el miedo procede de su condición de jueza y de su experiencia de tantos años tratando con los delitos y las penas. No podía ser de otra manera. Sin dogmas morales, ni abstracciones filosóficas, ni pragmatismos económicos al uso, Manuela Carmena defiende una determinada función social de la justicia que no se centra en el castigo del delito, sino en la comprensión y la modificación de sus causas como la única manera verdaderamente útil de proteger a la sociedad. El castigo y la pena, entendidas como la única respuesta posible para enfrentar el delito, son la manifestación más clara de las sociedades que permiten que el miedo se convierta en motor de la sociedad.
   Y el miedo se puede vencer. Porque, si hacemos caso a la jueza Manuela Carmena, las cosas pueden ser diferentes a como son aquí y ahora.

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