Felices momentos de inacabada juventud
Roma, Ugo Cornia, Editorial Periférica, 2016
Roma, Ugo Cornia, Editorial Periférica, 2016
Si algo caracteriza los libros del escritor italiano Ugo Cornia es el estilo para describir mientras vive con intensidad las alegrías de la vida. Es una literatura confortante, de esa que aguarda lectores indecisos con anhelos de felicidad. Si ya nos encantó la maravillosa Sobre la felicidad a ultranza, Roma es una novela luminosa que cuenta la vida de un joven de treinta y pocos años que siempre ha tenido trabajos a media jornada para poder compatibilizarlos con sus estudios y con la vida, con sus paseos y sus vivencias de intensa emoción en las cosas pequeñas. Un amanecer o un paseo por la ciudad se convierten en experiencias gozosas que transmite con ternura y alegría. Porque eso son las novelas de Cornia, ternura y felicidad en los mínimos detalles.
En su nueva novela Roma, un tratado de iniciación a la vida adulta (y también un manual de sociología del trabajo inestable en la Italia de final de los 90), un joven italiano recorre su Módena natal repartiendo tarjetas del censo. Así es feliz, pese a que su padre quiere que se centre en acabar sus estudios (él mismo no pudo acabar la universidad y quiere que sus hijos lo hagan) y no trabaje en empleos esporádicos, nuestro protagonista disfruta con cada paseo, con cada calle nueva que descubre, con cada vecino que le invita a comer algo o con cada viuda que flirtea con él. Es imaginativo, soñador, inocente y, sobre todo, libre. Cornia destila en sus páginas ternura, humor e ironía ante la realidad que saborea día a día. Da igual su trabajo, sea correo del censo, lavaplatos a media jornada, asistente fiscal, archivero, con cada experiencia saca sus momentos gozosos, pues para él cada jornada, se organiza de manera que pueda disfrutar en cada entorno. Derrocha optimismo y asume el drama como parte de la vida. Escribe, pues, un tratado del buen vivir, una esencia que emana de su personalidad, y que traslada a la ciudad de Roma cuando tiene una oportunidad laboral allí en una gran empresa.
En su nueva novela Roma, un tratado de iniciación a la vida adulta (y también un manual de sociología del trabajo inestable en la Italia de final de los 90), un joven italiano recorre su Módena natal repartiendo tarjetas del censo. Así es feliz, pese a que su padre quiere que se centre en acabar sus estudios (él mismo no pudo acabar la universidad y quiere que sus hijos lo hagan) y no trabaje en empleos esporádicos, nuestro protagonista disfruta con cada paseo, con cada calle nueva que descubre, con cada vecino que le invita a comer algo o con cada viuda que flirtea con él. Es imaginativo, soñador, inocente y, sobre todo, libre. Cornia destila en sus páginas ternura, humor e ironía ante la realidad que saborea día a día. Da igual su trabajo, sea correo del censo, lavaplatos a media jornada, asistente fiscal, archivero, con cada experiencia saca sus momentos gozosos, pues para él cada jornada, se organiza de manera que pueda disfrutar en cada entorno. Derrocha optimismo y asume el drama como parte de la vida. Escribe, pues, un tratado del buen vivir, una esencia que emana de su personalidad, y que traslada a la ciudad de Roma cuando tiene una oportunidad laboral allí en una gran empresa.
Allí, iluminado por la capital, tendrá su primera relación estable con el trabajo pero seguirá vagabundeando por sus calles, paseando por sus plazas y el Tíber al atardecer, conociendo nuevas chicas, con nuevos compañeros de piso con los que charla hasta altas horas, viendo la luz romana del atardecer, expandiendo su vitalismo casi candoroso, con una nueva emotividad -como define el narrador en primera persona de esta buena novela-, desprovista de prejuicios y que convierte Roma en uno de esos libros que acabas con una sonrisa de satisfacción, disfrutando de las andanzas del protagonista y rememorando las propias.
Pablo Bonet Ayllón
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